comprando alitas nuevas en Bilbao...
Siempre me habían dicho que Bilbao se caracterizaba por su color gris...supongo que será verdad, pero mi ilusión al llegar a ese sitio, hizo que el color gris desapareciera y todo brillara...
Mis ojos encharcaditos, contemplaban minuciosamente cada uno de los detalles de esa ciudad y se sentían más libres que nunca...con ganas de pintar, de escribir e incluso de volar (o quizás, esto ya lo estaban haciendo)...
Ese fin de semana confirmé mis sospechas: necesitaba cambiar de paisaje, descubrir nuevas ciudades, recorrer nuevos caminos, conocer gente nueva... y empecé a saborear nuevos colores, nuevas letras, nuevos olores, nuevos tactos,...
Incluso las manzanas ya no sabían igual que en la rutina. Su sabor ahora era dulce, fresco, su piel tersa...
Visitamos el Museo Guggenheim que tenía dos exposiciones: una de Richard Serra que me cautivó y otra de Arquiescultura (se trata de esculturas inspiradas en distintas obras arquitectónicas). La exposición de Richard Serra me impactó. Era impresionante pasear por los pasillos de su obra. Esas gigantes piezas de acero eran capaces de desorientarte e incluso provocaban una sensación de mareo...he aquí, una foto...
Por la noche, fuimos de pinchos, ¡¡qué ricos estaban!! Y después a bailar y a mover un poco el esqueleto...
Las sábanas de la pensión donde nos alojamos me recordaron por su tacto y su olor, a las de la cama que mi abuela me preparaba en verano...
En fin, que llegó la hora de coger el avión y volver a la rutina de siempre, aunque la intuición me dice que ese finde me cambió. Me compré un par de alas nuevas y ahora sólo me queda volar y creo que no voy a esperar...esta vez, no!
Besitos voladores y soñadores :)
P.S: Este es el post que tenía pendiente.
1 Comments:
las alitas me recuerdan a las alitas de un coche (concreto), no puedo evitarlo...
quiero ir al pais vasco... snif...
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Anónimo, at 12/07/2005 10:58:00 a. m.
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