pariendo docenas de instantes...
Desde entonces y gracias a la ayuda del Google he encontrado diferentes poesías suyas, encantadoramente desgarradoras. Os aconsejo su libro de poesía titulado "Ecos de Eva".
Mienten.
La poesía no es emancipación,
es una servidumbre
que se viste con la sonrisa enamorada de una tonta.
Heme aquí, contagiando mis odios,
calculando el próximo paso que darás,
prediciendo puñaladas.
No soy más que una ilusa,
que construye para sí y para ti campos abiertos,
desprovistos de testigos, en los que tirotearte.
Mienten.
Escribir encarcela en un paraíso,
que jamás estará en nuestro plato.
Lo confieso yo, que tengo el mío vacío,
contaminado de sobras pasadas.
Qué sería del orgasmo de las sirenas
sin metáforas que despinten
toda posibilidad de ser recordadas como, simples,
mariscos comerciables.
No atino a identificarme como partícipe del gozo,
ni como productora del mismo,
ni siquiera en la mesa donde las sirven me veo sentada.
Mienten.
Y si en algo dijeran la verdad
es en la indirecta de que somos presa fácil
de una retina caníbal,
que jamás se conformará con lo que hay en la tapa
y que escudriña,
bañándose en la laguna en donde tenemos hidratándose
toda la dimensión de la palabra.
Cuánto daría por ser salva del puño que se cierra,
de las grietas que cada vez son más hondas
entre los pólices.
Como quisiera ser universal,
así el humano promedio,
que no exterioriza, internaliza,
que se concentra en el aquí, en el ahora
sin ofrecerle un paraje de trascendencia
a la antigüedad, al porvenir.
Y no haber parido docenas de instantes
que se quedaron aguardando por tu visita,
más hoy que tramas desligarte.
Ya sabes que bruja deberían llamarme
en esto de intuir traiciones,
y la tuya también me pisa... Lo sé, lo sé.
Mirna Estrella