jugando a la rayuela...
Un basta ya grita desde dentro mi estómago pero las agujas de tu reloj marcan el compás de cada uno de los saltos que indecisos y miedosos intentan cruzar el límite.
No hay nada de lo que dejaste y queda todo lo que te llevaste.
Ya no hay olor de humedad, sólo queda el placer de escuchar el silencio de tus palabras sin rencor. El sol ha secado la tinta de tu voz, sólo la picadura de un mosquito tatúa mi dedo corazón, la acaricio y ya no escuece.
El dolor quebrantó las nubes negras, la incertidumbre. La noche se vistió de una falsa certeza, no es mucho pero es lo que quedó después de la tormenta.
En el parque, nuestro parque, ¿lo recuerdas? Aún queda la rayuela que dibujamos esa tarde en la que pactamos un destino al azar, que prometimos no jugar a amarnos, que olvidamos que hay promesas que no valen nada y que aún así decidimos correr el riesgo.
posted by Noelia at
11:20:00 p. m.
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